jueves, 20 de diciembre de 2007

La participación de la mujer en la masonería

Introducción

La Masonería es un asociación, científica y filosófica, que trabaja para el perfeccionamiento del individuo y de la humanidad. Sus principios fundamentales son, Libertad, Igualdad y Fraternidad. Puede parecer contradictorio, que parte de la institución masónica no acepte la incorporación femenina, cuando pregonan la igualdad como uno de sus fundamentos esenciales.

La mujer mantiene un combate encarnizado por la equidad de género. No es suficiente con que sus derechos estén contenidos en las leyes que rigen en un país, sino que esa igualdad debe ser reconocida por todos los individuos que componen la sociedad. El sexo femenino o mal llamado “sexo débil, no es sólo fuente de vida, también lo es de sabiduría y experiencia. Pero sucede que no siempre es reconocida y muchas veces se ve discriminada por aquellos que se apegan a la tradición y a los prejuicios sin fundamento.

Numerosos fueron los masones ilustres que lucharon por la libertad de pueblos oprimidos. Pero no sólo fueron hombres los que conformaron la historia, sino que también, la mujer, de igual forma, contribuyó y contribuye en la construcción de la humanidad, de sus triunfos y de sus avances.

No es una cuestión de género, la que separa la mujer de la Masonería, es un problema de ignorancia y tradición.

I. Un poco de historia
¿Qué es la Masonería y cuáles fueron sus orígenes?


La palabra masón proviene del inglés y significa albañil.
Los masones eran constructores de grandes iglesias y catedrales, que se transformaron muy pronto en un oficio aparte.
Estos trabajos fueron protegidos por la Iglesia que tutelaba las enormes construcciones de la época, y como debían desplazarse de un lugar a otro y a menudo a grandes distancias, fue logrando que los masones, los arquitectos y jefes de las obras, escaparan a la servidumbre señorial y fueran transformándose en free-massons o franc-metier (oficio libre).
Pero posteriormente con el abandono de la arquitectura gótica por la del Renacimiento y debido al avance de la enseñanza escrita del arte de la construcción y los trastornos políticos, los francmasones entraron en decadencia.

Los orígenes en Inglaterra
Anticipadamente, la organización de los Free-massons se modificó sustancialmente en Gran Bretaña. En sus Logias se acercaban cada vez más numerosos, los Massons “aceptados”, nobles, eclesiásticos o burgueses, que no tenían ningún vínculo con la profesión de constructores.
De esta manera, la Masonería “operativa” se fue transformando en Masonería “especulativa” o filosófica; así, no se busca los mejores procedimientos para la construcción sino que se discutía acerca de cuáles eran las vías a transitar para que los hombres unidos trabajaran para perfeccionar a la humanidad.
Esta "nueva" Masonería toma de la “antigua” un gran número de sus símbolos, sus reglas de disciplina, de comportamiento y sobre todo, el noble ideal de perfeccionamiento del Ser Humano: es necesario construir este Ser de la misma manera
que los antiguos construían las catedrales.
El 24 de junio de 1717, cuatro de estas Logias[1] de Londres se reunieron para festejar el Solsticio[2] de verano nórdico, y se constituyeron en Gran Logia, atribuyéndose el poder de regir los otros talleres. Esta Gran Logia estableció en 1723 las Constituciones llamadas de Anderson, por el apellido del Pastor protestante que las redactó, las cuales recogiendo los antiguos deberes masónicos, fueron y son todavía la carta reconocida de la Francmasonería Universal.

“La masonería es una asociación Universal, Científica, Filosófica y Progresista que agrupa a todos los seres humanos que se sienten unidos por el vínculo de la Solidaridad, resultante de los principios de Amor a la humanidad y a la verdad, sus principios se encierran en el siguiente lema: Libertad, Igualdad y Fraternidad”.

Así reza el manuscrito recibido de manos de un integrante de la masonería tradicional, fundada en Montevideo, en el año 1856, que tiene su sede en la calle Mario Cassinoni 1481, institución integrada exclusivamente por hombres.
Se podría decir al leer esta cita que la definición sobre la masonería sería una sola, puesto que sus principios son los mismos. Pero para notar las diferencias de una rama a otra se deben estudiar los requisitos exigidos para iniciarse en la Orden[3] .
Dentro de las condiciones para ser masón, que figuran en el documento de la masonería tradicional, están las de ser: Buen padre, buen hijo, buen hermano, buen esposo, etc.
Es evidente que la mujer no tiene cabida en este mundo masculino.
Parece contradictorio que una institución que tiene entre sus principios fundamentales, la igualdad, no integre a la mujer.
A juicio del integrante de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay, la mujer no es aceptada porque “hay trabajos que no son para mujeres” y explica que el principio de igualdad se resume sólo a los hombres que componen el taller.
A esto debe agregársele que la institución “responde” al ente rector u Oriente[4] Madre que es Inglaterra, país donde la masonería especulativa o simbólica fue fundada y en las que luego en 1723, se promulgaran las Constituciones del pastor Anderson en las que se postulan sentencias antifeministas como la siguiente:
“ ... Las personas admitidas como miembros de una Logia deben ser hombres de bien, leales, nacidos libres, de edad madura y circunspectos, ni siervos, ni mujeres, ni hombres sin moralidad o de conducta escandalosa, sino de buena reputación...”
Es entendible, en esa realidad histórica donde la sociedad inglesa era sumamente cerrada y ortodoxa, que la mujer no fuera aceptada. No estaba ni cultural ni económicamente emancipada y vivía en un plano de inferioridad con respecto al hombre. Sin embargo aunque la situación actual de la mujer ha cambiado radicalmente, la Gran Logia de la Masonería del Uruguay sigue ajustándose a la tradición.
“A la masonería tradicional hay que darle tiempo, una institución que tiene siglos no puede cambiar y adaptarse a lo que es el país hoy”, explica el miembro de la Masonería tradicional, quien además afirma que, “la incorporación de la mujer no se habla dentro de la logia, y si se hace, es a altos grados[5]”.
Cabe recordar que en la década de los años 50, un integrante de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay, de apellido Signorelli, puso en marcha un proceso para integrar a la mujer a la masonería que no prosperó y hace tres años, paralelamente a lo que fue la lucha de la equidad de género, se propuso la integración femenina pero tampoco funcionó.

II. Iguales pero diferentes
Las diferencias entre las dos Obediencias


Sin embargo, dentro de la masonería existen distintas Obediencias[6], con diferentes organismos y que no mantienen relaciones entre sí, y en las que se permite la participación femenina. Una de ellas es el Gran Oriente de la Francmasonería Mixta Universal, (GOFMU), que como su nombre lo indica, es la única Orden del Uruguay que se compone de hombres y mujeres. Con sede en la calle San José 934, la institución, fue fundada el 10 de diciembre de 1998, fecha que coincidió con el día del 50º Aniversario de la Declaratoria de los Derechos Humanos por parte de las Naciones Unidas.
A partir de allí, muchos hombres y mujeres se fueron acercando a la nueva organización que sin abandonar los fundamentos masónicos tradicionales, bregaban por una Masonería más liberal, que se ajustara a la realidad, que fuera un puente de integración en el Mercosur, defendiendo el laicismo de la enseñanza y donde la participación femenina fuera posible.
“Es absurdo que una institución de libertad, de progreso humano, deje a la mitad de la humanidad afuera”, sentencia Elbio Laxalte Terra, Gran Maestro del GOFMU. Además, cuando países como Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Italia, España, Brasil, Bolivia, Argentina y tantos otros, contaban con la participación femenina en la institución masónica, era necesario concederle un espacio a la mujer uruguaya..


III. Regularidad vs. Irregularidad
¿Qué es y quien la decreta?


Si bien la Masonería es una sola, parte de ellas (incluyendo al GOFMU) son tildadas de “irregulares” por la Masonería tradicional. Existen, entre varias “ramas”, dos que son las más importantes: la inglesa y la francesa. La primera es la más "cerrada", su centro es Inglaterra y es a la que "responde" la Gran Logia de la Masonería del Uruguay.
Es la más cerrada porque la Masonería simbólica se fundó en Inglaterra en 1717, bajo estas circunstancias ingresó la Masonería en Uruguay, por eso el ritual que se realiza se llama “rito[7] escocés antiguo y aceptado”. Todas las logias que no cumplan con los requisitos impuestos por este ritual son consideradas por ese país (que por ser el Primer Oriente es el “ente” rector, “Oriente madre”) como irregulares.
Es decir, y en otras palabras, es Masonería que no está reconocida por el Oriente de Inglaterra, y por lo tanto, por todos lo Orientes del mundo que practiquen el rito escocés antiguo y aceptado.
En sí la gran diferencia entre estos dos Orientes radica en la creencia o no en el principio denominado Gran Arquitecto del Universo, (G.A.D.U.), en el que confluyen las creencias de los miembros en un Ser Supremo o Creador.
El Gran Arquitecto es una figura antropomórfica[8], creada en Masonería en una época, para no tener roces demasiado fuertes con las religiones, “una figura como la de Gran Arquitecto entraba muy bien para la religión judía, islámica y el cristianismo”, explica el presidente del GOFMU.
Esa vinculación con un fenómeno metafísico, cosmológico o gran arquitecto, hace que los masones trabajen en presencia de un libro sagrado, en algunos casos puede ser la Torah, el Corán o, generalmente, la Biblia.
El GOFMU no trabaja en presencia de ningún libro sagrado y esta diferencia junto con la incorporación de la mujer, son algunas de las que existen entre la Gran Logia de la Masonería y el Gran Oriente de la Francmasonería Mixta Universal, GOFMU, ya que estos últimos se consideran “librepensadores” y pregonan la libertad absoluta de conciencia y la exigencia de la creencia de un ser supremo es considerada un condicionamiento a esa libertad.


IV. La Masonería en ojos de mujer
La experiencia de una integrante femenina

Asimismo, existen en Uruguay algunas logias que son integradas exclusivamente por mujeres y que todavía se mantienen herméticas a la sociedad.
Pero, en opinión del Gran Maestro[9] del GOFMU, “la creación de una masonería femenina es tan poco buena como una masonería masculina porque el gran desafío es hacer las cosas juntos como seres humanos que somos, independientemente del sexo al cual pertenezcamos”.

El hombre y la mujer son los pilares fundamentales en la construcción de la humanidad, afirma Myriam Tardugno, integrante de la Francmasonería mixta y Gran Maestra en el período 2002-2004. Además expresa que, la mujer cumple el mismo rol que el hombre en su institución y que se trabaja en un mismo pie de igualdad, donde el más claro ejemplo de ello fue su nombramiento como Gran Maestra.
La escribana Tardugno se acercó a la Masonería hace 11 años aproximadamente, cuenta que su experiencia como presidenta fue “sumamente positiva”, y expresa que, nunca se sintió excluida dentro de la Orden y tampoco en su vida personal.
Al hacer referencia a la segregación, la integrante del GOFMU, aclara que ellos son “librepensadores”, lo que hace que no puedan admitir ninguna forma de discriminación, ni por raza, ni por credo y por género, mucho menos.


V. La historia de la mujer en la institución masónica
¿Un oficio de hombres?

En la Edad Media, las corporaciones de arquitectos y picapedreros, en la gran mayoría de los casos estaban formadas por hombres, aunque también existieron mujeres que cumplieron estos Oficios, pues no todas las corporaciones medioevales excluyeron al sexo femenino.
En el “Libro de los Oficios del Preboste de París”, que data del año 1270, se señalan los oficios y corporaciones exclusivamente femeninas, ejemplo de ellas es la cofradía de las Hilanderas.

En el sistema de aprendizaje de oficios de las cofradías (congregaciones) del Compañonage (una institución muy vieja en Europa), en el viaje que ha efectuado todo compañero desde el medioevo, el llamado “Tour de France”, la “Madre” ha sido la encargada o dueña de la posada o albergue en que pasan los “compañeros” su período de prueba del oficio, y la que organiza sus vidas.
La Guilda (corporación) inglesa de los Carpinteros de Norwich, que data de 1375, a la que también pertenecían los albañiles de York, señala que: “Todos los años, el sábado siguiente a la Ascensión, los Hermanos y Hermanas se reunirán en un lugar determinado para recitar oraciones en honor de la Santa Trinidad, por la paz y la unión del país...”, “Si muere algún miembro de la guilda, sus Hermanos y Hermanas deben rezar por él ...”
Entre los constructores de Catedrales se encuentra el nombre de una mujer, Sabine de Pierrefonds, hija de Hervé de Pierrefonds, conocido por su nombre germánico de Erwin de Steinbach, arquitecto principal de la Catedral de Estrasburgo. Sabine esculpió algunas de las notables estatuas de Notre Dame de París, y al ser Maestra de Obra, formó Aprendices en su oficio. Y es posible que no fuera la única mujer en ser Maestra del Oficio.
También debe tomarse en cuenta, la recepción de las esposas de los Maestros, pues en las “Antiguas Constituciones de los masones francos y aceptados, tomadas de un manuscrito de hace 500 años” de J. Roberts, escrito en 1722, en la parte del Reglamento de los Aprendices, dice: “No revelaréis los secretos o proyectos de vuestro Maestro o de vuestra Maestra...”
En los archivos de la Logia de York N° 236, que perteneció a la antigua Gran Logia de toda Inglaterra, existe un manuscrito de 1693, que cuenta como durante una recepción en el Siglo XVII, “uno de los antiguos toma el Libro, y aquél o aquella que debe ser hecho masón posa las manos sobre el Libro, y le son dadas las instrucciones”.
Incluso la iniciación femenina a la francmasonería aceptada se extendió a una soberana, Ana Estuardo, hija de Jacobo II, quien gobernó a Gran Bretaña e Irlanda de 1702 a 1714.
Cuando surgió la masonería especulativa, o moderna, en el Siglo XVIII, la mujer permanecía bajo la tutela económica y social masculina, por eso las Constituciones de Anderson de 1723 que dieron el puntapié inicial de la Francmasonería Moderna no las contemplaron.
Pero las mujeres no quisieron quedarse indiferentes a las realizaciones de las asociaciones masónicas. Es así que en Francia, en 1730, sólo 5 años después de la aparición de la masonería especulativa en ese país, comenzaron a realizar gestiones para ser aceptadas en la Institución.
Mientras, formaron parte de Asociaciones de tipo masónico, tales como la “Orden de los Caballeros y Caballeras del Ancla”, creada en 1747, de los “Leñadores y leñadoras”, formada también en ese año.
El 10 de junio de 1774, el Gran Oriente había tomado bajo su protección, en una Asamblea General a la Masonería de Adopción.
En 1775, el marqués de Saisseval, junto a otros miembros, forman la Logia “El Candor”. Fue su primera Gran Maestra la Duquesa de Bourbon, a quienes siguieron la Princesa de Lamballe (1780), la Emperatriz Josefina (1805), Madame de Vaudemont (1807), Madame de Villete (1819), amiga personal de Voltaire.
A lo largo del Siglo XIX y principios del XX, la Masonería de Adopción fue desapareciendo, transformándose en Masonería femenina, especialmente con el surgimiento de la Unión Masónica Femenina de Francia, en 1945, que culminó en 1952 con la creación de la Gran Logia Femenina de Francia.
Pero fuera de las Logias de Adopción, también fueron iniciadas mujeres. Es el caso de Flora Tristán, gran luchadora de los derechos femeninos y de los indígenas, y, que fuera iniciada en 1830.
El 4 de enero de 1882, en la localidad de Pecq, Francia, la Logia “Los Librepensadores” inició a una escritora y conocida militante a favor de los derechos de la mujer, Marie Desraimes y ella será la que fundará luego la “Orden Masónica Mixta Internacional-El Derecho Humano”, el 14 de abril de 1893, asistida en su labor por Maria Georges Martin.
El Derecho Humano se difundió velozmente, y perteneció al mismo Annie Besant, célebre feminista inglesa, entre otras. En América Latina también hubo mujeres masonas, tal el caso de la escritora, educadora y diplomática chilena, Gabriela Mistral.


VI. La situación femenina en la Masonería actual
Transitando hacia la equidad de género

En la actualidad existen en América importantes Obediencias Masónicas femeninas y Mixtas.
En lo que refiere a Uruguay, también se pueden encontrar logias femeninas y mixtas, ellas son “Eleusis”, perteneciente al derecho humano, la Logia del Gran Oriente latinoamericano “Isis Luz del Sur” y el GOFMU, cuyos estatutos fueron aprobados por el Poder Ejecutivo y donde se inició la primera mujer en 1992.

Según Myriam Tardugno, hay muchas mujeres masonas en Uruguay y varias de ellas son personajes de la escena política Sus nombres se mantienen en el anonimato por una cuestión de reserva, no sólo porque deben garantizar la libertad de pensamiento de sus miembros, sino que también creen que la discriminación opera actualmente.
Cabe recordar que la Masonería fue muy perseguida durante toda la historia. Desde la inquisición, atravesando por el fascismo, el comunismo y todas las dictaduras, muchos masones han muerto. Varias de estas instituciones no han cambiado su posición con respecto a la asociación masónica, la Iglesia Católica considera un pecado el ser masón y si un católico decide serlo, está sujeto a la excomunión. Asimismo, numerosos masones pertenecen a ésta pese a que son antidogmáticos.


VII. La masonería opina:
La situación de la mujer en el Uruguay, equidad de género y proyecto de salud sexual y reproductiva


Dentro de los deberes primordiales que tiene la Masonería, están los de “coadyuvar en el desarrollo de los movimientos pro defensa de la mujer”, pero afirma Laxalte que, “la situación de la mujer, no es un problema formal sino un problema de conciencia social”.
En opinión del presidente del GOFMU, la mujer es discriminada en la sociedad y dentro de la propia Masonería, pero cree que, su institución hace un gran aporte a la sociedad en la medida de que ambos sexos integran la Orden y que conviven en igualdad dentro de la misma.
Para Tardugno, la equidad de género es posible siempre y cuando se eduque para lograrlo, y añade que el hombre y la mujer son pilares fundamentales para sostener a la humanidad.
Sobre el proyecto de salud sexual y reproductiva, la masonería tradicional y la mixta coinciden en lo mismo: es un derecho de la mujer.
El Gran Maestro del GOFMU, expresó que “la mujer es dueña de su cuerpo y si no quiere tener familia, debe tener las condiciones higiénicas y legales como para poder hacerse un aborto en las mejores condiciones”. La misma opinión tiene el integrante de la Masonería tradicional quien añadió que “traer un niño no deseado, es traer una víctima”.
En juicio de Myriam Tardugno, “la sociedad es muy hipócrita todavía, sabemos todos que si un aborto sale 500 o 1.000 dólares quien puede pagarlo es el que está en mejores condiciones económicas, y el que no puede hacerlo termina con cualquiera, muriéndose infectado o estéril para el resto de la vida”.
El mayor problema que plantean los miembros de la Masonería con respecto al proyecto es el hecho de que muchas personas (incluyendo la Iglesia) tomaron sólo parte del contenido de la ley, y con esta separación se deja a un lado lo referente a la reproducción asistida y la educación sexual, que también es muy importante.
Aludiendo a esta situación, la escribana Tardugno, considera “lamentable” el posible veto del presidente Tabaré Vázquez en caso de aprobarse la ley.
En lo que refiere a la actuación de las mujeres en el parlamento, la ex Gran Maestra del GOFMU, la califica como positiva y asegura que allí existen integrantes de la Masonería.

VIII. Tradición, un argumento débil

La Masonería se autodenomina, asociación progresista y evolucionista. Sin embargo, el integrante de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay, dice “a la Masonería tradicional hay que darle tiempo, una institución que tiene siglos no puede cambiar y adaptarse a lo que es el país hoy”, lo que puede parecer contradictorio a la designación de progreso y evolución.

Dentro de sus argumentos para la no incorporación se encuentra el endeble fundamento que “hay trabajos que no son para la mujer”. Es evidente que ésta, ha conquistado muchos espacios que “pertenecían” a los hombres, profesiones, deportes u oficios que eran de exclusividad masculina, en la actualidad, están representados por el sexo femenino.
Otro fundamento que esgrime es que se ajustan a la tradición, la cual incluye las Constituciones de Anderson, y que debilita el principio de igualdad que pregonan.
Lo paradójico es que una institución que brega por el perfeccionamiento de la sociedad y por crear una humanidad unida y esclarecida, olvide que el 50 % de esa humanidad lleva nombre de mujer.

Fuentes

Entrevista al Economista, Elbio Laxalte Terra, Gran Maestro de la Francmasonería Mixta Universal (GOFMU).

Entrevista a integrante de La Gran Logia de la Masonería del Uruguay. (se reserva identidad a pedido del entrevistado).

Entrevista a la Escribana Myriam Tardugno, integrante de la Francmasonería Mixta Universal y Gran Maestra de la Orden, en el período 2002-2004.


Bibliografía.

Internet: Página Web del GOFMU: http://www.gofmu.org/
http://masones.blogia.com/2006/030705-realidad-de-la-masoneria-femenina.php

http://masones.blogia.com/2006/030704-la-mujer-y-la-masoneria.php

“ ¿Qué es la Masonería?”, librillo de circulación interna, cedido por integrante de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay.

Diccionario Kapelusz de la Lengua Española, edición 1980.- Bs. As.- Argentina.



[1] Logia: Grupo de francmasones trabajando en comunidad, también es denominado taller
[2] Solsticio: Época en el que el sol se halla en uno de los dos trópicos.
[3] Orden: Conjunto de la Francmasonería Universal
[4] Oriente: El territorio cubierto por una o más logias masónicas.
[5] Grados: Etapas de la educación masónica. Se accede por una Iniciación. Los tres grados de base son los de Aprendiz, Compañero y Maestro.
[6] Obediencia: Federación de logias aceptando una misma autoridad.
[7] Rito: Conjunto de reglas que fijan el desarrollo y las formas de trabajo en la Logia.
[8] Antropomorfismo: Conjunto de doctrinas o creencias que atribuyen a la divinidad, figura y cualidades humanas.
[9] Gran Maestro: Presidente de una Obediencia

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